Las falsas glorias colombianas

Tristeza. Cali es una de la ciudades más afectadas por los choques entre manifestantes y la fuerza pública, registrados desde el pasado 28 de abril en diferentes sectores de la ciudad y que han dejado víctimas tanto de la sociedad civil y como de la policía. Foto Alcaldía de Cali.

Alguien me preguntó: ¿Por qué crees que los colombianos somos invisibles en el exterior? Le respondí: No todos, porque conozco muchos colombianos que se destacan por su labor y trabajo en el mundo español y en el mundo anglosajón; lo que pasa es que, para ellos la visibilidad no es el protagonismo, no son hojas de escritos con letras muertas ni fotos que adornan el álbum de grandes mentiras con filtro o con flash, no es el postureo que busca tan solo likes o followers borregos; para esos colombianos, su visibilidad es sencillamente trabajar bien cada día y dar lo mejor de sí mismos.

Estando en el Consulado General de Colombia en Madrid, tuve el honor y privilegio de conocer y atender a muchos colombianos: a quienes están estudiando, a quienes están trabajando, a quienes están emprendiendo, a quienes están ayudando a otros; a hombres y mujeres que silenciosamente hacen un buen trabajo y nos representan con honor y dignidad.

Desacierto

Pero, vemos paralelamente que, el actual gobierno nos ha dado como representación en diferentes ámbitos nacionales y en el exterior, como en ministerios, consulados, embajadas, congreso y en la misma Casa de Nariño, algunas glorias; pero glorias del desacierto, del escándalo y de la vergüenza. Pareciera que, en los momentos actuales con esta lamentable administración general, para ser funcionario solo debes cumplir 3 requisitos: ser inepto, ser corrupto o ambas.

Por fortuna, no todos los funcionarios cumplen con estos requisitos; aún tenemos buenos funcionarios trabajando, pero por desgracia nos dirige un precario e insensato liderazgo institucional, algo que se extiende como el virus y contagia. Porque somos buenos en muchas ocasiones para asociarnos y vivir del cuento; pero no de verdaderas realidades.

Hoy necesitamos más que nunca una reforma, pero no tributaria, sino una reforma política, institucional y de liderazgo y representación, esa es la única reforma urgente

Hoy todavía me llaman o escriben algunos colombianos buscando mi ayuda, porque no encuentran una pronta y eficaz respuesta; situación que me entristece, porque la sensación que me da, es que hemos involucionado en el servicio y hemos dado muchísimos pasos hacia atrás.

Liderazgo y representación

Hoy, más que nunca, necesitamos verdadero liderazgo y representación; personas, instituciones y asociaciones que piensen realmente más en el beneficio colectivo que en sus propias glorias, y que esto se vea reflejado, a su vez, en los resultados. Ser colombiano es muchísimo más que ponerse la camiseta o la bufanda tricolor, comer bandeja paisa, ir a viejotecas, o tomar muchas botellas de aguardiente.

La verdadera realidad es que somos colombianos que estudian, que se preparan, que trabajan bien y dan lo mejor de sí, colombianos que se integran en el mundo local; colombianos que emprenden aventuras comerciales y empresariales con valores éticos, colombianos que sin asociarse o ser parte de algún colectivo, ellos y ellas, solos y solas, día a día, se levantan a levantar un mundo nuevo y mucho mejor en su sitio de trabajo, en su sitio de estudio o en su entorno social.

Estos colombianos son la verdadera esperanza. Sí, esos colombianos que muy posiblemente no son voceros ni se auto proclaman serlo; esos que no aparecen en la foto, pero están participando activamente en el escenario local, esos colombianos que han viajado y pasado fronteras y barreras geográficas y especialmente mentales, esos maravillosos inmigrantes colombianos que son referentes y ejemplos a donde quiera que van, sin ser este su afán, pero destacan y honran su nacionalidad.

Hoy los colombianos no son invisibles; invisibles realmente, son algunas instituciones, funcionarios, medios de comunicación, asociaciones y compatriotas que viven de actitudes hipócritamente serviles, de doble moralidad o se refugian en los elogios y falsas adulaciones.

Hoy destaco la labor en el Consulado de Madrid, de algunos funcionarios que por desgracia ya no están y unos cuantos que continúan, funcionarios que saben que el servicio público, es servir, y no los extensos y falsos informes de gestión que encantan a Bogotá; funcionarios que no buscan su gloria ni brillar por la gloria de alguien más, porque demuestran, que la gloria no va en su nombre, sino en el trabajo que realizan y al cual se dedican por y para la comunidad.

Tristeza lo que ocurre en Colombia

Hoy veo con tristeza lo que ocurre en Colombia. Cuando alguien trabaja mal, se le premia con un nuevo nombramiento, la feria de puestos, donde los tontos, los corruptos y los ineptos ascienden, mientras los buenos funcionarios desaparecen del escenario público, nacional o internacional. Veo como vivimos una dictadura democrática, que critica dictaduras vecinas, donde la impunidad anda por los juzgados y tribunales con total libertad. Me entristece ver esa despiadada violencia institucional y ver cómo mueren colombianos por salir a protestar, porque sencillamente no aguantan más y quieren cambios reales y vivir en paz.

Me canse de ver, leer y escuchar lo que pasa en Colombia, dentro y fuera del país, especialmente con los colombianos que aún buscan mi ayuda en su soledad institucional, y porque creo que, sin importar nada más, es mejor hablar que callar, porque mi compromiso y responsabilidad civil y social, no es con el estado colombiano actual, sino con los colombianos de bien que merecen buena atención, servicio y un liderazgo y representación de calidad.

Hoy doy gracias a todos esos colombianos y colombianas que nos representan muy bien por su trabajo, sus estudios, sus logros, sus empresas, sus acciones y su comportamiento en el mundo entero, porque, aunque sean invisibles para las instituciones, son muy visibles en el mundo internacional. A todos ellos y ellas, muchas gracias. Y sí, hoy necesitamos más que nunca una reforma, pero no tributaria, sino una reforma política, institucional y de liderazgo y representación, esa es la única reforma urgente, porque los colombianos merecemos ser liderados por los mejores, no por los errores u horrores que dicen mentirosamente representarnos.


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Ahí
Ahí
7 mayo, 2021 4:07 pm

farrumbaelreydelarumba@gmail.com Totalmente de acuerdo.

MARTHA CECILIA HOYOS CASTELLANOS
MARTHA CECILIA HOYOS CASTELLANOS
21 mayo, 2021 10:25 am

Esto es demostrar entereza y patriotismo, unidos, desde cualquier destino, lograremos la Colombia que queremos, unidos venceremos.

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