El Foro sobre la «Población migrante colombiana» continuó en Casa de América con la ponencia de importantes autoridades en la materia. Los panelistas expusieron con suma claridad, la actual situación del colectivo colombiano en España y Europa, entendiendo que, a pesar de los enormes logros en todos los sentidos, aún persisten vacíos institucionales y jurídicos que impiden una integración acorde a los derechos humanos.
Discursos xenófobos
María Eugenia Rodríguez Palop, Grupo Parlamentario The Left en el Parlamento Europeo, se refirió al Pacto migratorio europeo, revelando que Europa no está dando respuesta a este tema. En este sentido, afirma, deja que avancen discursos racistas, xenófobos y machistas de nuevas formaciones políticas.
Habló de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, y asegura que ha sido un fracaso, porque sus medidas aumentan la industria de las mafias y la ilegalidad.
«No se ha hecho una buena apuesta por una oficina de asilo y refugio y por la resolución de conflictos. Y la política migratoria no ha estado vinculada a la paz y la seguridad, y su elaboración dibuja tintes discriminatorios en las fronteras que aumentan la expulsión».
España generosa
Rodrigo Pinzón Navarro, Cónsul General de Colombia en Madrid, resaltó las cifras reales de los colombianos en España y en Madrid, muy superiores a las que refleja el Instituto Nacional de Estadística. Hecho que se vive cada día en su consulado, con cerca de 500 atenciones diarias, y 149 mil trámites en el 2023.
Reflexionó acerca de la importancia que los colombianos tienen en la sociedad española en todos los ámbitos, sobre todo en lo productivo y social.
Ratificó que la inmigración actual es totalmente diferente a la de finales del siglo pasado, y que Colombia, como país, ha evolucionado en términos de economía y seguridad. Reiteró la generosidad de España como país de acogida.
Enumeró las ventajas de España y Madrid, concretamente, como destino elegido por los colombianos. Describió como el cambio urbanístico vivido esta ciudad ha facilitado la integración de la población migrante. Mencionó que, sin embargo, con sinergias aún se pueden mejorar muchos aspectos.
Feminización de la inmigración
Gillian Maghmud, Cónsul de Colombia en Valencia, indicó que en términos porcentuales la comunidad valenciana, registró el aumento más alto de inmigrantes colombianos, y desde el año pasado, Colombia es el colectivo extranjero número uno allí. Actualmente, la comunidad valencia suma 100 mil connacionales empadronados en su circunscripción.
Se refirió a la feminización de la inmigración, con cerca del 60 por ciento mujeres. Reveló que la mujer migrante está especialmente precarizada a pesar de que aporta a la fuerza de trabajo, incluso más que las mujeres no migrantes, y esto se nota aún más, cuando se mejora el nivel económico del país.
«El aumento de la migración femenina se debe a que las mujeres están migrando más de manera independiente y como fuerza productiva, contribuyendo económicamente a España y a Colombia, con sus remesas».
Denunció que los programas para inmigrantes con enfoque de género, están muy lejos responder a la cantidad de mujeres; máxime cuanto este colectivo tiene unas especifidades que lo hacen vulnerable, con los diferentes tipos de violencia y explotación, y con trabajos más precarios.
Tardanza administrativa
Luz Angélica Orozco Gómez, Grupo Parlamentario de EH-Bildu en el ayuntamiento de Bilbao, alegó que los derechos humanos de las personas migrantes debería ser derechos humanos de todas las personas. Sin embargo, en la práctica se permite la vulneración sistemática de esos derechos y, para justificarlo, los encasillan como inmigración.
Afirmó que «ser inmigrante está ligado a unas connotaciones económicas, sociales y de origen. Y a partir de las redes de apoyo económicas que se tenga del país de acogida, el proyecto de vida cambia. Muchas leyes limitan el acceso a las personas inmigrantes a una vida digna en el país de acogida. Y, aunque la inmigración ha cambiado mucho en los últimos años, las leyes son muy laborales y no permiten otros escenarios».
Describió las contradicciones de las propias leyes y los cambios permanentes en ellas que afectan, directamente, el estatus del inmigrante, además de la tardanza administrativa en dar resolución a miles de casos.
Recuperar la confianza
Natalia Munévar Sastre, Cónsul de segunda de Colombia en París, expresó que desde los consulados se está tratando de recuperar la confianza de los colombianos en el exterior, con mejor servicio e información. También con nuevos canales de comunicación, generando herramientas y creando redes; con una agenda de actividades mucho más robusta, conjuntamente con la sociedad civil, aquella que defiende los derechos humanos en España y en Europa.
Andorra un caso especial
Germán Grisales Jiménez, Cónsul en Barcelona. mencionó la importancia de la inmigración colombiana en Cataluña y de Barcelona, y relató el caso especial de Andorra. Este último territorio, que no pertenece a la Unión Europea, acoge una importante cantidad de trabajadores colombianos.