Miles de Colombianos están a la espera de protección internacional en España esperando recibir asilo. De hecho, desde 2019 después de los venezolanos, los colombianos, se mantiene entre las 3 nacionalidades que más asilo político han pedido y, al mismo tiempo, es la diáspora a la que más se le ha denegado.
Con base en reportes de la Comisión española de Ayuda al Refugiado, CEAR, en general, el número de solicitudes de asilo de diferentes nacionalidades en el reino de España no es de los más altos de Europa. Además, el porcentaje de resoluciones favorables no ha aumentado considerablemente, situación que con la Pandemia se hizo más notoria por el cierre de fronteras.
El índice de reconocimiento del asilo en España sigue muy alejado, siendo el 33 por ciento del promedio europeo. El permiso por razones humanitarias se está concediendo más a ciudadanos de origen venezolano. Otras nacionalidades en menor proporción como Ucrania, Colombia o Perú.
“Particularmente preocupante”
De acuerdo con esta comisión, los orígenes mayoritarios de las personas solicitantes de asilo son muy diferentes al de otros países de la UE. Esto en razón a las políticas de visados que se aplican por parte de España, que sigue exigiendo visado de tránsito a personas que huyen de Siria, Yemen o Palestina, entre otros, lugares donde se vive conflictos armados desde hace años y a quienes, sin embargo, nuestro país no ofrece oportunidad de llegar para buscar refugio.
Al respecto, la entidad indico que resulta “particularmente preocupante” que el número de personas reasentadas por nuestro país fuera bajo, frente al compromiso internacional que ha tenido de 1.200. De allí que siempre han instado a que España haga una apuesta seria por el reasentamiento, dado que es la única vía segura habilitada en estos momentos.
Sensibilización
CEAR ha informado reiteradamente la situación de algunos migrantes colombianos que huyen del conflicto, sensibilizando a las autoridades sobre la persistencia de la situación de violencia en Colombia, amenazas y asesinatos de lideres sociales. Además de la presentación de las cifras, CEAR ha dado a conocer historias como la de Isabel, una activista indígena colombiana que padeció reiteradas amenazas a su vida por parte de narcotraficantes. “Encontró ratas muertas en su lugar de trabajo, recibió llamadas diciendo que iba a morir ese día, vio como mataban a una de las compañeras de su asociación, y se encontró a su hijo en la puerta de su casa tras unos días de secuestro en los que fue obligado a drogarse”.
Pese a la declaración de Isabel para argumentar su asilo, esto no fue suficiente para que las autoridades españolas reconocieran su derecho de protección, por lo que su petición fue rechazada. La mujer, quien no reveló su verdadero nombre por temor a represalias aun estando en España, se dedicaba en Colombia a rehabilitar a jóvenes adictos y proteger a las mujeres obligadas a prostituirse. Isabel se sintió obligada a huir del país para salvar su vida del mismo modo que si hubiera un conflicto armado.
Recomendación
Por ello, CEAR recomienda a España que tiene que avanzar en el reconocimiento del derecho de asilo, en casos de persecución de agentes no estatales y cuando las personas no reciben protección efectiva por parte de sus autoridades. La historia de Isabel, es la que pasan miles de colombianos que al ser denegada su solicitud tienen que permanecer irregulares esperando que con el tiempo pueda obtener la residencia por situaciones como el arraigo.
En todo este contexto, se denota la ausencia de una diplomacia humanitaria por parte de Colombia, donde el gobierno a través de la cancillería y sus embajadores promueva medidas temporales de protección internacional, en los países donde hay gran afluencia de connacionales. Desafortunadamente los peticionarios de asilo colombianos se enfrentan a una cruda realidad: en el pasado cuando no se reconocía el conflicto armado, el gobierno decía que había una amenaza terrorista y por tanto los solicitantes de asilo no eran candidatos de protección. Después de los acuerdos de paz se asume que el conflicto armado se superó y no se les concede asilo.
¿Y dónde está la diplomacia humanitaria?
Mientras en favor de los venezolanos hay toda una diplomacia internacional para que se les conceda asilo, en el caso de los colombianos brilla por su ausencia acciones en favor de medidas de protección temporales. Aún no se asume que, en medio de los acuerdos de paz, el gobierno colombiano evidencia que no está en capacidad de proteger a la población en zonas de alto riesgo. Valga recordar que inclusive la corte constitucional reconoció recientemente, la situación de desprotección por parte del gobierno en que estaban los reinsertados de las Farc, requiriendo al mismo a cumplir los acuerdos.
Queda la reflexión: Si no se protegen a los reinsertados, la seguridad es más esquiva para el resto de las comunidades acechadas por diferentes formas de violencia. Por lo tanto, los colombianos que piden asilo por desprotección están respaldados por las evidencias de falta de medidas de seguridad del gobierno colombiano.