Todos ponen

Cuando Antanas Mockus dejo la rectoría de la Universidad Nacional de Colombia para embarcarse al frente de la Alcaldía de Bogotá, pocos se imaginaban, en ese entonces (1995), la revolución que significaría su paso por la administración de la capital. Quizás, solo se le recordaba por enseñar su culo, hecho que aún recapitulan sus contradictores.
Sin embargo, Bogotá se sacudió con su metodología. La educación y la cultura eran la baza de este visionario, y los bogotanos le copiaron. El juego de la Perinola se convirtió en uno de los estandartes de su administración y la pedagogía como el instrumento para la formación.
Su discurso era bastante simple y se remitía a cada una de las caras de la Perinola: “pon uno”, “pon dos”, “toma uno”, “toma dos”, “toma todo” y “todos ponen”.
Luego, Antanas, volvió a ser alcalde de Bogotá, candidato a la vicepresidencia de Colombia, a la presidencia, y Senador (con una de las mayores votaciones registradas).
Lo cierto del caso es que los bogotanos reconocen su labor, y admiten y agradecen su gestión. Desde ese entonces, Bogotá cambió a mejor y su evolución continúa.
Algo similar ocurre en Medellín y Antioquia, que durante las últimas administraciones han caminado de la mano para llevar a la ciudad a ser tenida como ejemplo a nivel mundial, por sus obras, por su trabajo, por su voluntad, pero, sobre todo, por el sentido de pertenencia de su gente.
La coyuntura actual para los colombianos radicados en España, exige un comportamiento plural, una actuación múltiple con todos sus protagonistas dispuestos a participar y a ganar. El individualismo está en decadencia y debilita el conjunto.
Sin excepción, todos están afectados por este proceso de reorganización mundial, y sin excepción, todos están obligados a emerger.
“Pon uno” hoy, “toma dos” mañana. O “toma dos” hoy, y mañana “todos ponen”. Es sencillo; tanto, que parece inverosímil que no se haya puesto en práctica antes. O bueno, sí, ya se ejecutó, lo emprendió Mockus hace más de dos décadas, y su resultado es incontestable, la estrategia valió.

“pon uno”, “pon dos”, “toma uno”, “toma dos”, “toma todo”, “todos ponen”

Pero esa buena práctica es tan obvia que se pecaría si se atribuye al exalcalde de Bogotá. Las grandes empresas, los grandes equipos, los grandes países, lo son, por su compromiso de grupo, donde el conglomerado siempre se halla por encima de egoísmos atrofiados y egolatrías absurdas. Queda entonces retomar la confianza en la unidad porque, de lo contrario, la cuesta será más dura. Elemental, práctico, fácil, la Perinola es el mecanismo, y está al alcance de todos.
La condición de migrantes, intensifica cada una de las características que distingue a los colombianos y es hora de que la tenacidad, perseverancia, empeño, obstinación, tesón y constancia den sus frutos como colectivo.

Columnista Periódico Colombia

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