Desde el 2018, España es uno de los países de la Unión Europea que viene recibiendo más solicitudes de asilo de ciudadanos procedentes de países con problemas de inseguridad, violencia y conflictos socioeconómicos. La mayoría de migrantes vienen de países como Venezuela, Colombia, Honduras y El Salvador.
Respuestas negativas
De ellas, solo un 5% fueron aceptadas, siendo las peticiones presentadas por ciudadanos colombianos, las más rechazadas. Conforme a datos del Ministerio del Interior, el Gobierno denegó la petición a 37.907 personas procedentes de Colombia. Esto presupone la mitad del total de respuestas negativas. En concreto, solo 624 colombianos obtuvieron protección y en los primeros meses de este año, se mantiene la misma tendencia.
En Colombia, el contexto de violencia existe, porque entre 2019 y 2020 se cometieron más de 250 homicidios contra las personas defensoras de los derechos humanos y ambientales, según el Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Todo este escenario de violencia que causa el efecto expulsión, queda relegado a un segundo plano al revisar las solicitudes de asilo, frente a la imagen que se tiene de que hay un proceso de paz en marcha y programa para víctimas.
El nuevo itinerario del solicitante de asilo
Con las nuevas medidas, se busca que las prestaciones económicas se direccionen exclusivamente a los migrantes que son reconocidas como refugiados y evitar que pasen de fase miles de personas que, de todas formas, finalmente, no recibirán protección y pasarán a la irregularidad. Con ello se adaptan los tiempos de estancia en la primera fase a los plazos de resolución de las solicitudes.
Estos procesos de reingeniería en atención a solicitantes de asilo permiten que la Secretaría de Estado se reserve la potestad de controlar que determinados solicitantes, que tras seis meses sigan sin recibir respuesta a su solicitud, puedan pasar de fase. Sea importante mencionar que, en la actualidad, se viene acelerando el ritmo de resolución de expedientes; de todas formas, aún no se puede afirmar que el Ministerio del Interior alcanzará a adaptar los plazos a los seis meses que marca la ley.
De otro lado España se caracteriza por tener una de las tasas más bajas de reconocimiento de asilo en la Unión Europea, llegando al 5%. Es decir, está a niveles de Hungría que es un país que se ha mostrado en contra de la migración y el refugio.