Pie de foto: Reacciones en el facebook del Representante a la Cámara por los colombianos en el Exterior, Juan David Vélez, por el tratamiento que ha dado el gobierno de Colombia, a los llamados «vuelos humanitarios» durante la pandemia del Covid19.
Por Carlos Moyano
Si estás en el exterior y esperas soluciones del actual gobierno colombiano, de la vigente administración pública en el exterior y sus representantes, lamento decirte que puedes seguir esperando sentado, cómodo, en tu posición favorita. Si, por el contrario, eres un colombiano recursivo, que se encuentra trabajando por tu futuro y con ello, por el de quienes te rodean, me complace felicitarte y animarte a celebrar la independencia, pero no la independencia de Colombia, sino la tuya, la que realmente importa. Si somos muchos los colombianos independientes, en Colombia y en el mundo, tendremos un país y una ciudadanía de verdad.
Por eso, si tienes pensamientos, comportamientos y acciones independientes que combaten esos estereotipos socio culturales que nos han creado, algunos desde el sector público y otros desde el privado, te felicito. Y si estás cansado de lo mismo, anímate a cambiar, y con eso ya mucho habremos ganado.
Cuando me preguntan qué opino del sector público colombiano, mi respuesta es: ¡Cómo me gusta el sector privado! Y la verdad, no miento, porque viendo mi país desde la distancia, me entristece la corrupción e impunidad que le consume, y entonces agradezco estar en el exterior.
Somos un país de escándalos donde premiamos a esos malos funcionarios con consulados, donde nos representan senadores que tienen como plan viajes turísticos por el mundo con todos los gastos pagos; donde nos muestran un programa llamado Colombia Nos Une, cuando no hay unidad tan siquiera en dicho programa; donde la maquinaria estatal es lenta, llena de malos hábitos y donde el papel lo aguanta todo, con cero proyectos de interés social. Gustan más las convocatorias de la empanada que un conversatorio literario, porque la cantidad consigue más votos que la calidad.
Mientras tanto, en medio de la pandemia, publicamos caritas tristes y felices, fomentamos el día sin IVA, y decimos que un simple pastelero en Colombia gana 2 millones de pesos. A veces pareciera que nos gobernara una diva de televisión, y no un mandatario, pero claro, ese jet set criollo también lo encontramos en el exterior. Es fácil promocionar actividades e iniciativas de otros y compartir los créditos sin haberse sacrificado, y sin tan siquiera verificar si el socio de campaña tiene o no un oscuro presente o pasado.
En esta pandemia vimos más que nunca una administración pública ineficaz e inoperante, con “vuelos humanitarios” escasos y sin entender aún, qué tenían de humanitarios. Somos un país donde nos ganan las mentiras, un mal reality show, porque existen problemas con las pensiones, personas que han muerto sin haber cobrado, un plan de restitución de tierras y de víctimas que solo crea más víctimas con el engaño, un país donde los proyectos productivos son para los amigos de algún funcionario. Estamos llenos, como ven, de falsos positivos en los proyectos de gobierno del estado colombiano.
Un país donde se preocupa más por decretar el día del inmigrante colombiano que proyectos de ley de asistencia real; un gobierno cuyos funcionarios resaltan de forma imprudente estereotipos que perjudican a los colombianos. Tenemos funcionarios que nos representen mal, con pobreza diplomática, sin coherencia ni sentido común, muchas corbatas llenas de “funcionaritis”, pero pocos trabajadores comprometidos con el servicio público.
Un país donde violan a las niñas y que algunos se atreven a justificar, ante la presencia de un gobierno que es incapaz de desprenderse del manto del narcotráfico y el paramilitarismo que lo envuelve, y que insiste en hacer la vista gorda ante las evidencias.
¿qué tipo de colombiano o colombiana eres tú? y mejor aún ¿qué tipo de colombiano o colombiana te gustaría ser?
Sin embargo, desde el exterior, también somos culpables. Peleamos por nuestros derechos, cuando acá cobramos un paro o hay beneficios aún que podemos otorgarnos, beneficios que no tienen los que viven en suelo colombiano, pero pensamos que estar fuera del país nos da la condición de colombianos VIP. No podemos exigir buenas representaciones cuando, desde el exterior, no hacemos una buena labor, evadiendo, aprovechándonos del sistema que nos acoge e incluso, operando desde la ilegalidad, tanto personas como empresas con sus actividades. No podemos callarnos o ser indiferentes frente a quienes engañan a sus compatriotas. Todos debemos asumir el compromiso y la responsabilidad de hacer las cosas bien, con profesionalismo, dignidad, amor, ética, buena educación, honestidad, unidad y respeto.
Por fortuna, hay colombianos que se integran al país donde llegan, estudiantes, docentes, investigadores, emprendedores y empresarios de bien, que son legales, que trabajan y se destacan, y son ellos quienes nos representan bien en el mundo entero. Todos esos colombianos, con o sin título, que, sin pretensiones, pero con humildad trabajan en equipo, marcan la diferencia que tanto necesitamos.
A esos colombianos que aportan ideas, posibilidades y proyectos reales y realistas, aquellos que buscan y aportan soluciones, a esos que no esperan que les auxilie el gobierno colombiano, sino que se superan y ayudan a otros colombianos y son referentes en nuestra comunidad y frente al mundo, a esos colombianos que les gusta generar oportunidades, a esos colombianos con visión apropiada del por qué salieron del país y son consecuentes con ese propósito, a ellos, muchísimas gracias, porque, aunque quizás su comunidad no los conozca, muy seguramente ese mundo internacional que los rodea les compensará. Y, al final, para alguien que cruzó las fronteras geográficas, pasar las fronteras mentales es lo más importante. Así que gracias por integrarse, aprender de ese diverso y rico mundo internacional y aportar sin estereotipos que crean guetos y jamás comunidades. A todos esos colombianos muchas gracias por ser buenos, por lo que transmiten, por sus actos, por lo que hablan y cómo se expresan. La pregunta es ¿qué tipo de colombiano o colombiana eres tú? y mejor aún ¿qué tipo de colombiano o colombiana te gustaría ser?
Excelente, y me gustaría darle las gracias al autor con una líneas a su correo electrónico. «GRACIAS POR VISIBILIZAR LA REAL EXISTENCIA DE UNA COLOMBIA DE GENTE PROFESIONAL EN EL EXTERIOR, QUE CREA, APOYA Y PRESERVA EL BUEN HACER DE LOS SUYOS, DESDE SU ORIGEN.! GRACIAS y recibe un cordial saludo querido Carlos Moyano.