Necesidad de intervención participativa con víctimas en España

Foto Unidad de Víctimas

A nivel académico, jurídico y técnico, desde políticas sociales, hay coincidencia en que la intervención con colectivos en “riesgo de exclusión”, debe tener precisamente unos “protocolos de inclusión” del mismo. En tal sentido, se debe construir con la comunidad diagnósticos y propuestas participativas; a partir de ello consensuar proyectos y convenios pertinentes. Esto contribuye a que la comunidad se comprometa en la planificación ejecución y evaluación eficaz de los proyectos, garantizando su mayor eficacia y continuidad en el tiempo. 

Existen modelos unidireccionales donde las entidades definen unas acciones, proyectos y convenios y la comunidad actúa como un testigo pasivo de lo que se está haciendo en su favor. Este esquema hace que las actuaciones se conviertan en caja de resonancia de la propia entidad y de aquellas con la que se hacen los convenios.

Sin embargo, deja de lado ser resonancia del propio colectivo, de sus diagnósticos y propuestas resolutivas, y de aliarse con entidades que para el colectivo son referentes institucionales de intervención.

De otro lado, asociaciones y personas del colectivo, con conocimientos prácticos y teóricos, no son aprovechados convenientemente, afectando el principio de economía en recursos humanos y financieros. Se entiende que la comunidad conocedora de su contexto, puede hacer propuestas y enrutar líneas de ayuda técnica y financiera que sirvan para el mejoramiento continuo de la intervención.

La indagación que se le hace a la comunidad de diagnósticos y propuestas, tiene el objeto de mejorar la racionalidad y la justicia de las prácticas sociales, así como la comprensión de esas prácticas y de las situaciones en que éstas tienen lugar por parte del agente externo como de la comunidad. Es un método muy aplicado en los procesos de transformación actuales, para estudiar, controlar y alcanzar las modificaciones deseadas en el entorno social de aplicación.

Investigación-acción

Es un encuentro de saberes que conduce a la reflexión y la retroalimentación, que conlleva a resolver problemas con la participación de actores relacionadas con el tema como sociedad civil y otras entidades. Se convierte en un proceso de investigación-acción, que se centra en la posibilidad de aplicar categorías científicas para la comprensión y mejoramiento de los procesos de transformación, partiendo del trabajo colaborativo de los propios sujetos implicados.

Esto lleva a pensar que tienen un conjunto de rasgos propios, entre los que se pueden distinguir los siguientes: a partir de un contexto situacional de un problema, agente externo y colectivo social trabajan conjuntamente para el diagnóstico. Las modificaciones son evaluadas continuamente.

Si bien se definen unas fases, no se sigue un plan rígido predeterminado. Se van dando sucesivos pasos, donde cada uno de ellos es consecuencia de los pasos anteriores.

Proceso interactivo

Hay un Proceso interactivo: de forma que vaya provocando un aumento de conocimiento (propuestas intuitivas y fundamentadas en teorías o estudios empíricos) y una mejora inmediata de la realidad concreta. Se implementa una retroalimentación continua: a partir del cual se introducen modificaciones, redefiniciones, entre otros. No se aísla una variable, sino que se analiza todo el contexto. Los hallazgos se aplican de forma inmediata.

La acción colaborativa es una forma de investigación que permite vincular el estudio de los problemas en un contexto determinado con programas de acción social, de manera que se logren de forma simultánea conocimientos y cambios sociales. El término «investigación-acción» se acuñó desde 1944 por Kurt Lewin y describía una forma de investigación que facilitaba la unión del enfoque experimental de la ciencia social, con programas de acción social que atiendan efectivamente, a los problemas sociales que estaban sucediendo.

El concepto tradicional de investigación-acción proviene del modelo Lewin de las tres etapas del cambio social: descongelamiento, movimiento y recongelamiento. El proceso de investigación-acción consiste en: Insatisfacción con el actual estado de cosas.

El triple diagnóstico es un método que surge desde el conocimiento integral de los distintos elementos que están presentes en la realidad, en la práctica y en la concepción de la comunidad.

Todas las cosas que están en la realidad se relacionan entre sí. La realidad es una sola. El diseño está basado en el posicionamiento de intervención que no es neutra ni distante del investigador cuya acción y participación, se une unto a los grupos implicados. Esto ayuda a transformar la realidad a través de dos procesos, conocer y actuar, dado que su propósito practico es que los participantes puedan dar respuesta a un problema.

Toda esta argumentación nos permite concluir que se requiere urgentemente diseños participativos en la intervención con migrantes y victimas por parte de cancillería y unidad de víctimas. En la actualidad, no hay indicadores que evidencien esto. De allí, que toda futura intervención, debería tener estos protocolos para que los proyectos – intervenciones, la comunidad   los integre y se sientan parte de ellos, comprometiéndose a continuarlos.


Columnista Julian Castrillon en escolombia
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