Ingeniero colombiano crea la aguja inteligente de las jeringas

El nuevo dispositivo médico evitará en el mundo la muerte de una persona cada 28 segundos y ahorrará dinero a los sistemas de salud. Los pinchazos accidentales, el compartir jeringas, reutilizarlas y la reventa de 6.000 millones según la OMS, son las culpables de acabar con la vida de 1,5 millones de personas cada año.

El creador del singular dispositivo de alta seguridad, el ingeniero colombiano Enrique Poveda, asegura que a partir de ahora se eliminarán los pinchazos accidentales por error humano entre los profesionales sanitarios y pacientes, igualmente se impedirá la mala praxis, sobre todo en los países en vías de desarrollo.

Funcionamiento

La novedosa tecnología consiste en una aguja inteligente, que convierte a las jeringas convencionales en jeringas auto-retráctiles de alta bioseguridad, quedando inservibles a los pocos segundos de su único uso. La activación del sistema inventado es totalmente automática independientemente de la voluntad de quien la opere.

Dicho dispositivo respeta el sistema internacional “Luer Lock”, que lo hace compatible con cualquier jeringa del mercado global, incluso con las precargadas. Además, no altera la manipulación normal de una jeringa convencional.

Aporte universal

La ingeniería convencional buscaba la seguridad pensando en la jeringa en su totalidad, sin embargo, el talento de Enrique Poveda rompe este paradigma rediseñando la puntera, que es donde está la aguja y ocasiona el problema público de salud mundial (OMS).

El disruptivo invento no nace para competir contra los fabricantes de jeringas ni de agujas. Tampoco contra las farmacéuticas.

Todo lo contrario, el original dispositivo aporta a las jeringas un alto valor agregado y diferencial en seguridad, por lo cual esta industria verá incrementada su demanda.

Enrique Poveda asegura que, por su simplicidad, funcionalidad y precio, la aguja inteligente, tiende a reemplazar a los dispositivos convencionales y a los de alto costo. Mecanismos que ofrecen una precaria, reversible y evadible seguridad, y que son activados dependiendo de la voluntad y buena fe de quien las opere, careciendo de reacción pasiva o 100% automática.

Asegura que estos dispositivos de última generación ahorran el 70% del dinero gastado para paliar la problemática de los pinchazos accidentales y sus consecuencias.

Enrique Poveda añade, además, que el invento está perfectamente alineado con la tendencia mundial del mercado que busca la plena seguridad en los dispositivos médicos, apoyada por Europa con la I Directiva de Bioseguridad que obliga a los estados miembros al uso de estos dispositivos inteligentes y los organismos internacionales que propenden por la seguridad en las inyecciones, entre otros como: UNICEF, OMS, CRUZ ROJA, GAVI, OPS. Es un mercado global hasta ahora incipiente.

El estudio y consolidación del proyecto ha sido cofinanciado y distinguido con su Sello de Excelencia por la Comisión Europea, por el Ministerio de Industria y Comercio español, y en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas – CSIC. También ha sido objeto de varios galardones en proyectos de I+D+i y se encuentra como finalista del concurso +50 de las Fundaciones Endesa – Savia.


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