“Adú”, es un filme que muestra la inmigración ilegal desde la perspectiva de las personas que la viven. Un drama que manifiesta a los espectadores el desgarrador destino de algunos niños en su paso por uno de los lugares por donde más tráfico de personas existe, el Mediterráneo.
La película narra tres historias distintas y un escenario común: la extrema pobreza del continente africano. La primera de las historias, narra cómo Adú, un niño de seis años, y su hermana Alika, utilizan las bodegas de un avión con el fin de salir de África y llegar a Europa.
Igualmente, otra de las historias narra cómo un activista medioambiental lucha contra la caza de animales. Y, por último, la tercera historia, muestra a un grupo de guardias civiles que afrontan, en su cotidianidad, cómo cientos de personas intentan saltar la valla en Melilla con el único deseo de escapar de sus vidas en el continente africano y encontrar un mejor lugar donde vivir.
Con un bello fondo musical, excelente fotografía y una actuación de primera, la cinta refleja que el tema de la inmigración continúa más vivo que nunca porque hasta la fecha no se han encontrado soluciones para evitar tantas muertes de inmigrantes en uno de los corredores migratorios más mortíferos del mundo, el mar Mediterráneo.
Sólo en octubre de 2015, 90 niños murieron cruzando el mar en su intento de llegar a Europa, cinco de ellos menores de dos años. La mayoría de los niños que murieron en ese año procedían de Siria, Afganistán e Irak, y la mayor parte de ellos tenía menos de doce años.
La película producida, por Mediaset España, Ikiru Films, La Terraza Films y dirigida por Salvador Calvo, con la actuación de Luis Tosar, Anna Castillo, Álvaro Cervantes, Anna Wagener, entre otros, confirma el por qué en tan poco tiempo ha alcanzado récord de taquilla. En mi opinión es un filme que merecería para el 2021 un Óscar a la mejor película extranjera, o, un Goya a la mejor película española.
» Más de 70 millones de personas han abandonado su hogar para buscar un futuro mejor «
En Colombia como en el mundo entero, también, hay muchos Adú, ya que de acuerdo a ACNUR en el 2018 más de 70 millones de personas han abandonado su hogar para buscar un futuro mejor, y, de esta cantidad la mitad son niños.
Asimismo, de acuerdo a datos publicados por la ONU, 1.142.319 inmigrantes viven en Colombia, un 2,29% de la población colombiana. La inmigración colombiana procede principalmente de Venezuela, el 92,05%, Estados Unidos, el 1,77% y Ecuador, el 1,34%.
De estos inmigrantes, existen al menos 327.000 niños venezolanos, que viven como migrantes y refugiados en Colombia, de acuerdo a cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef. Niños que caminan con sus padres miles de kilómetros desde su país natal, Venezuela hasta la ciudad fronteriza de Cúcuta.
Para atender las necesidades de estos niños en materia de nutrición, salud, educación, agua, saneamiento e higiene y protección de las familias que cruzan a Colombia, Unicef necesita 29 millones de dólares, de los cuales sólo ha recibido 5,7 millones de dólares hasta la fecha. Es importante la contribución público-privada para alcanzar esa cifra y así paliar la dura realidad de los niños y niñas migrantes; porque niños y adolescentes sumidos en la pobreza son presa fácil para las actividades delincuenciales, ya que pobreza y delincuencia van de la mano.
