
La restricción de movimientos provocada por la pandemia redujo la cifra de solicitudes en un 25% respecto a 2019. Venezuela encabezó las peticiones (28.375), seguida por Colombia (27.586). Los tres países siguientes con mayor demanda fueron Honduras (5.536), Perú (5.160) y Nicaragua (3.749).
La suma de las solicitudes procedentes de estas cinco nacionalidades hispanoamericanas supuso el 79,3% del total presentado en España, característica claramente diferenciadora frente a los socios europeos, donde las principales procedencias fueron Siria y Afganistán, en Alemania, y Haití y diferentes países de África, en el caso de Francia.
La Oficina de Asilo y Refugio de España experimentó un incremento destacado en la tramitación de solicitudes. Durante 2020 resolvió 116.567 expedientes, un 86,2% más que en 2019.
España recibió durante el último año 88.826 solicitudes de protección internacional. Concedió el estatuto de refugiado a 4.359 solicitantes, una cifra que aumenta en un 162% las peticiones resueltas favorablemente en 2019 y que multiplica por siete las cifras de 2018.
El asilo en España
De acuerdo con el artículo 1.A.2 de la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, un refugiado es una persona que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él”.