Una baja asistencia que obliga a reflexionar


III Feria de Servicios para colombianos en Madrid

El marco era ideal para disfrutar de un gran fin de semana, en un ambiente puramente colombiano, rodeado de música, artesanías, artistas, gastronomía, recreación, amigos, familia y, por supuesto, una gran dosis de importante información de sumo interés para los compatriotas residentes en España. El Pabellón de Cristal del recinto ferial Casa de Campo, acogió la III Feria de Servicios para colombianos en Madrid y sus organizadores esperaban superar el éxito de las dos ediciones anteriores, cuando la convocatoria sumó más de cuatro mil asistentes.

El evento “uno de los más importantes en su categoría para los connacionales en la capital española” y que reunía una significativa oferta de servicios del Gobierno Nacional, como asesoría y asistencia en educación, impuestos, pensiones, migración, ahorro, retorno y una gran muestra inmobiliaria, y que pretendía ser el “escenario para reencontrarse con las raíces colombianas”, tropezó con la implacable realidad.

La Feria, organizada por la Dirección de Asuntos Migratorios y Servicio al Ciudadano de la Cancillería, a través del Consulado General Central de Colombia en Madrid y el programa Colombia Nos Une, calificó, en su comunicado oficial, de “exitoso balance” por la asistencia de “8.180 personas” al evento celebrado los días 1 y 2 de septiembre.

Esa cifra de asistentes, publicada en los medios oficiales, dista claramente de lo acontecido, compromete el esfuerzo realizado por la organización logística y pone en tela de juicio el compromiso de la Dirección de Asuntos Migratorios.

La característica general que imperó esos dos días, se resume en pasillos entre los “stands” desolados la mayor parte del tiempo, los artistas presentándose ante 40 ó 50 espectadores, los expositores compartiendo impresiones, el stand del Sena con pocos interesados, incluso el espacio asignado a Camacol estaba sin atascos, en el autobús de Colpensiones fluía sin mayor espera la fila de solicitantes, y el stand de AirEuropa, abandonado.

Siendo optimistas y valorando por lo alto podría decirse que asistieron 2.000 personas durante los dos días. El domingo más que el sábado.

Tratar de justificar la innegable inversión económica, con datos ilusorios, constituye una postura poco coherente tanto con las entidades venidas desde Colombia, como con los demás emprendedores y asociaciones invitados, y desdibuja el mensaje que se quiere proyectar cual es el de la integración de las familias colombianas.

La invitación a reflexionar requiere un “mea culpa” como principio. La novedad de las dos primeras ediciones no alcanzó esta tercera y es menester encontrar soluciones so pena de suspender esta iniciativa empresarial.

Uno de los aspectos a mejorar es la convocatoria. Está claro que un evento de esta magnitud debe estar decidido con meses de antelación, tiempo durante el cual debería ser aprovechado para dar a conocer cada una de las entidades participantes, su oferta de servicios y generar expectativa, con el ánimo de que los colombianos interesados en asistir lo dispongan dentro de sus agendas.

Madrid dispone de otras magníficas instalaciones, menos onerosas, que podrían albergar la próxima edición de la feria y de esta manera destinar recursos para otros temas que estimulan la asistencia, como difusión o contratación de espectáculos, a la altura de la cifra de negocios que pretende alcanzar el gremio de la construcción.

Está comprobado que la gratuidad no siempre da resultados positivos y, por el contrario, se convierte en un arma de doble filo. Quizás si se cobrase una cuota simbólica a los expositores, a cambio de poder vender sus productos o servicios podría incrementar el interés, entre otras cosas porque si los visitantes se encuentran con que no pueden comprar nada o llevarse un recuerdo del evento, no lo harán luego.

Además, resulta paradójico que Camacol, sí pueda vender un apartamento en 50.000 euros, mientras que una panadería no puede vender una torta en 50€ o un artesano su creación, que no supera los 5€.


Columnista Periódico Colombia


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